El sábado 2 de Octubre, el Auditorio de Teror se llenó de una atmósfera misteriosa y las mentes de todos los asistentes, presenciaron algo más allá de su imaginación.
Anthony Blake nos regaló a todos una experiencia mental. Desde el primer minuto, supo captar la atención de todos, tan solo con su presencia y unas tarjetas en sus manos, asombrando y consiguiendo llevarnos a su terreno.
Hubieron muchos momentos míticos, nos arrancó varias carcajadas, cuando menos uno lo esperaba. Además, se puso emotivo por lo que está sucediendo en La Palma y el auditorio en peso aplaudió sus palabras. No puedo evitar recordar también, cuando a través de una llamada acertó un número determinado, que era imposible que supiese de antemano. Sin olvidar, las elecciones libres entre el público, percibiendo lugares…
Lo que más se escuchaba, y más de una vez, entre el público, era : ¡No puede ser! ¡Eso es imposible!
Y por si fuera poco, una mesa hizo de las suyas, teniendo como asistentes a dos niños, muy resueltos.
Lo cierto es que fue un fluir de experiencias. Me hizo rememorar las sensaciones que tenía cuando era niño y lo veía por la televisión.
¡Qué recuerdos!
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